El insigne señor Jaime Mayor Oreja ha soltado una de esas frases demoledoras para cualquier político que se precie:
«Mi bisabuelo se esforzó para que sus hijos no se encerrasen en el granero. Prohibió que hablaran el vasco en casa, para que aprendieran bien el español»
Claro que sólo hay que recordar otra, en el transcurso de una entrevista con Enrique Clemente, en La Voz de Galicia, hace año y medio, para ver de qué va el percal del candidato popular a las elecciones europeas:
«¿Por qué voy a tener que condenar yo el franquismo si hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad y normalidad? En mi tierra vasca hubo unos mitos infinitos. Fue mucho peor la guerra que el franquismo. Algunos dicen que las persecuciones en los pueblos vascos fueron terribles, pero no debieron serlo tanto cuando todos los guardias civiles gallegos pedían ir al País Vasco. Era una situación de extraordinaria placidez. Dejemos las disquisiciones sobre el franquismo a los historiadores»
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