El excelente caricaturista y cinéfilo Jordi Arasa está detrás de una curiosa aventura que, además, es una forma de eludir el paro en estos tiempos que corren: caricaturas animadas del famoso, familiar o amigo que se quiera, como en este caso de Torrente, que se pueden encargar a un precio más que razonable, dado el trabajo que cuesta hacerlas.
Se ha de reconocer que en algunas imágenes está más acertado que en otras, pero no se le puede negar el enorme parecido con los originales y el trazo irónico con el que perfila sus criaturas.