La actitud violenta de algunos de los manifestantes en las puertas del parque de la Ciutadella de Barcelona, los gritos a los diputados y algunos empujones a trabajadores del Parlament o del Zoo no ayudan a difundir las ideas de cambio y renovación política iniciadas en el 15 M y discutidas en asambleas en la plaza de Catalunya de Barcelona y en la del Sol de Madrd, entre otras acampadas.
Cuando una ciudadana le increpa a una parlamentaria de izquierdas y le dice que deje su escaño significa que miles de personas que han votado a esa diputada quedan sin voz frente a los partidos que, precisamente, pretenden efectuar los recortes que esa mujer está denunciando.
Así no vamos bien…
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