Acabo de responder al comentario que un joven indignado me hacía sobre mi artículo anterior, «Así no vamos bien».
Es alguien que ha usado para comentar el nombre de Felip Cortiella, un gran poeta y dramaturgo libertario de inicios del siglo pasado.
En su texto, este chico me decía:
«¿Es que todavía no habéis entendido nada?
¿De qué se trata, de hacer el folclórico 15 días en la plaza y luego hacer como si no hubiera pasado nada?
Debemos seguir pidiendo que, por favor, dejen de jugar con nosotros como si fuéramos imbéciles?
Nos dejan sin trabajo, futuro, vivienda, sanidad… y aún quieren que se lo agradezcamos a ellos y a sus amiguitos banqueros, Círculos de Economía y alto empresariado en general?
Su violencia no tiene nada que ver con un empujoncito, unos insultos o tener que coger, oh no, qué horror!, un helicóptero para ir a trabajar.
Iros a la mierda todos los comentaristas de pacotilla que juzgáis desde el sofá qué líneas deben seguir los movimientos que se construyen en la calle.
Yo tengo claro de qué lado estoy. Y vosotros?
Y mi respuesta ha sido la siguiente:
Claro que te entiendo. A ver si ahora me entiendes tu.
No sé de quién hablas cuando citas a comentaristes de pacotilla. Yo no lo soy ni me paga nadie por escribir aquí.
Este es mi propio espacio, mi blog, y no el de ningún medio de comunicación. Escribo en él desde hace años (abril del 2005, para ser más exactos), porque en él me expreso con toda libertad. Por esa misma razón, puedes participar y comentar, como lo has hecho, siempre que respetes mis ideas como yo respeto las tuyas.
Porque de eso se trata. De respetar al otro aunque discrepes de él.
Quienes han estado en la plaza no han hecho el folclórico: han logrado mucho más en esos días de lo que puedas pensar. Por eso yo no critico al movimiento del 15-M, todo lo contrario, sino a quienes han usado la violencia.
Y yo no acepto ningún tipo de violencia: ni la del poder ni la de quienes la cagaron el otro día ante el Parlament. La cagaron y dieron aún más armas al poder para aumentar la represión.
No puedo estar de acuerdo en que se acose a la gente, se la empuje o insulte. Sea un trabajador, un diputado o un okupa.
Hemos de continuar exigiendo nuestros derechos y para ello, hoy mismo hay una manifestación prevista. Te invito, como a todos mis lectores, a sumarte a ella… de forma pacífica, claro está. Porque yo sí sé de qué lado estoy. Tengo dudas de qué lado están los violentos.
Pues eso, que aprovecho para animaros a todos a acudir esta tarde a esa manifestación y tomar las calles, que son nuestras y no de los banqueros.
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