Es probable que el lector de este blog haya leído la noticia. Recojo unas líneas publicadas ayer en el diario Vilaweb:
«El juicio por el caso de la intoxicación masiva por cocas en mal estado elaboradas por la pastelería Gusó de Torroella de Montgrí, durante la verbena de San Juan del 2002, se tuvo que suspender ayer por la mañana después de que el ministerio fiscal se diese cuenta a última hora que ninguna de las diferentes partes comparecidas a la causa había pedido la imputación como responsable civil directo de la compañía aseguradora de la pastelería. El juez del juzgado número 4 de La Bisbal, Xavier Albanell, echó en cara al fiscal y a los nueve letrados de la acusación particular este olvido y decretó la suspensión del juicio sine die con la finalidad que se pueda incluir en el procedimiento, con las debidas garantías legales, a la compañía aseguradora como responsable civil directa.»
¡Cinco años después! ¿Y ahora, hasta cuándo? ¡Pobres víctimas!
Un compañero de la lista del Internauta, Lo Vilot, comentaba la noticia ayer con muy buen juicio:
«El juez, supongo que mordiéndose la lengua para no insultar al fiscal le ha hecho la pregunta que todos haríamos en este caso: ¿por qué ha esperado hasta el día del juicio? Este fiscal, en cualquiera empresa privada estaría en la calle por inútil, inepto y negado. Una cosa es que la defensa use todo tipo de trucos para sacar al acusado de este lío… ¡Pero un fiscal, que es la parte acusadora, la parte que en teoría tiene que defender nuestros derechos!»
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