No quiero ejercer de marujo, pero quiero ser testigo del éxito de Ventdelplà: tengo amigas (y amigos!) capaces de no quedar con nadie ni el lunes ni el martes por la noche, porque tienen que ver la nueva serie de TV-3…
Y esto que esta semana hemos visto como los guionistas se sacaban del bolsillo, por toda la patilla, un hermano gemelo de Gustau. Al fin y al cabo, éste había «muerto» y había que recuperar al gran actor que es Joan Crosas.
Explico esto es porque discrepo de Magí Camps, autor de un artículo en La Vanguardia el pasado martes, día 19.
El texto era linguísticamente excelente y, de hecho, se sacó de la manga un palabro («eolónimos») para subir el tono intelectual del texto…
Bien… el articulista venía a decir que no le gustaba el nombre de Ventdelplà… Lo siento, pero a mí me entusiasma el título…
Quizá porque me gustan tanto los nombres de los vientos en catalán: gregal, levante, xaloc (siroco), migjorn (sur), garbí o llebeig, poniente, mistral, tramontana…