Hace más de un año empecé a escribir este diario. No me movía el hecho de apuntarme a una moda, sino la necesidad de escribir.
Muchos periodistas de prensa satisfacen esa necesidad a través de los artículos y reportajes que escriben a diario en sus periódicos y revistas… Hay unas cuantas plumas y muy brillantes.
Otros, unos pocos, se convierten en escritores de ficción a través de relatos, cuentos cortos y novelas.
Todo ello supone un esfuerzo descomunal en tiempo y dedicación. Han de arañar tiempo al tiempo… y restárselo a la familia, a los amigos, al propio ocio.
Decía al inicio que este diario no deja de ser una forma de saciar la sed de escritura… aunque hasta ahora no me había introducido en el terreno de la ficción… Hasta ahora.
Hace unas semanas, a primeros de mayo, decidí participar en un concurso de bitácoras, organizado por Blocat, dentro de la fiesta de internet Fesinternet.
Me hacía gracia cumplir con las bases: escribir un weblog totalmente inédito y realizar diez entradas entre el 2 y el 17 de mayo.
Leí las bases hacia el día 8 o 9, pero no me puse manos a la obra hasta el viernes, día 12.
Pensé que un personaje de ficción, un alter ego más joven, recién llegado a Catalunya, me permitía cumplir con esos criterios de participación. El resultado fue Un vasco en Catalunya (traducción al castellano, en este otro enlace). Un pequeño relato en catalán que, finalmente, ha resultado el ganador.
Lo cierto es que no ha habido una gran participación: éramos sólo media docena de bloggers y no todos tenían claras las bases del concurso. Es una lástima, porque la idea era buena. Me alegra haber sido el escogido. Reconozco con humildad que el jurado no tenía muchas opciones a la hora de escoger.
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