Siempre que haces un viaje te planteas las comidas: un almuerzo en el cámping, el apartamento o el hotel te permite llegar cómodamente hasta mediodía…
Cuando estás en un B & B anglosajón, puedes almorzar en abundancia y ahorrarte la comida… Pero normalmente, te preparas un bocadillo por llegar a media tarde, hora de cena en aquellas tierras.
Antes de salir de viaje va muy bien ir a la charcuteráa más cercana y comprar embutidos al vacío. Le dices al charcutero: «Póngame seis lonchas de jamón, un fuet cortado y medio queso, bien fino para envasarlo al vacío.
Y así ya tienes comida para unos días fuera de casa… Naturalmente, tendrás que hacer unas cenas que compensen algo el bocata: desde una hamburguesa o una pizza hasta dónde te llegue el presupuesto.
Quizá os preguntaréis a qué viene todo este rollo? (es posible, incluso, que no haya nadie al otro lado del ordenador y nadie lea estas líneas, o sea que tampoco me hago ninguna ilusión)
Bueno, a lo que iba: esta mañana, me he encontrado a Manoli, una señora que nos ayuda con la limpieza un día a la semana, colocando bien el edredón de la cama de mi hijo: estos días hace un calor como de verano y lo que servía para taparte hace dos semanas, ahora ya no lo usas ni loco.
La he visto meter el edredón dentro una bolso de basura y he pensado: «Hombre, no es el lugar más adecuado para guardarlo, pero ya lo arreglaré cuando marche».
De pronto la he sentido trastear con el aspirador: el tubo estaba en medio del edredón, dentro de la bolsa y aspiraba todo el aire: estaba haciendo un vacío casero al edredón!
Y le ha salido bastante bien, aunque a la hora de cerrar la bolsa el edredón se volviera a hinchar un poco.
Cuando le he preguntado por ello, me ha dado una explicación bien sencilla: es lo que hacen en las tiendas de edredones cuando vas a comprar uno nuevo.
Esta señora es más lista que el hambre, os lo puedo asegurar.