No sé si os habéis topado alguna vez con los llamados sms premium. Son un castigo.
En la Wikipedia hay una definición corta y acertada de ellos: son mensajes de texto que tienen un coste más elevado de lo habitual, con los que tienes la posibilidad de adquirir un servicio o un contenido multimedia para tu teléfono móvil.
Aunque el mensaje no lo envías tú, sino que lo recibes, lo cierto es que el coste de ese sms te lo cargan a ti y el beneficio se lo reparten la empresa que te ofrece ese contenido extra y tu operadora de telefonía.

En este artículo de Consumer Eroski y, sobre todo, en este de la Generalitat de Catalunya, informan y muy bien de sus riesgos. La imagen que ilustra esta entrada está en una de estas empresas, en donde explican cómo ganar dinerito con este método.
El problema se plantea cuando caes en la trampa: a veces se usan en internet para participar en un concurso, una votación o, en mi caso, un test situado en el portal de una prestigiosa escuela de Barcelona. Quiero suponer que ni ellos mismos saben que la publicidad que tienen lleva hacia este servicio.
Al confiar en el sitio web, di el número de mi teléfono móvil. Casi inmediatamente me llegaron cuatro mensajes de móvil, que tendré que pagar, naturalmente. En ese momento tomé conciencia del error cometido.
Empecé por llamar al servicio de atención al cliente de mi operadora para anular todo posible mensaje y seguí con la búsqueda de la empresa de donde surgen los mensajes. Al cabo de unas horas todo indicaba que me había podido dar de baja de cualquier servicio premium.
Pero estas empresas rápidamente derivan nuestros números hacia otras que, al cabo de unos días, te envían simplemente un enlace a tu móvil («mensaje de vídeo! clica!», dicen), para que caigas de nuevo en el error o un mensaje como este:  «has sido selccionado para recibir un TV led 3D de 40 pulgadas». Uau!
Y caes como un tonto una vez más… Por cierto, el test era «de inteligencia».