Hace más de un año que soy cliente de la empresa Ya.com, con la que utilizo el servicio de ADSL. Hasta el momento, salvo pequeñas incidencias, ha funcionado correctamente, aunque la velocidad contratada nunca ha sido la real.
Un buen día decidí aconsejar a un buen amigo que se lo instalara. Eso pasó hace unos pocos, muy pocos meses.
De repente, el 13 de enero, el teléfono de mi amigo dejó de funcionar y, lógicamente, el ADSL, también.
Tras una llamada a Telefónica y, un par de días más tarde, no sin antes volver a insistir en la existencia de la avería, quedó restablecida la conexión de voz, no así la de internet.
Con varias llamadas, diarias hasta que se cansó, al servicio de atención al cliente de Ya, ese famoso 902.902.902 que has de pagar a medias, aunque la culpa sea de ellos, mi amigo era informado, con absoluta amabilidad y nula solución, que la empresa estaba realizando una migración en sus líneas y que hasta que no se hubiera realizado tal operación, no podría conectarse a internet.
De eso hace un mes.
He buceado en la red en busca de otros clientes como mi amigo, y he encontrado otras personas tan indignadas como él.
Por ejemplo, en este foro, hay personas como Javier, absolutamente cabreadas.
Este hecho vergonzoso no encuentra eco en ningún lado.
¿Qué sucede? ¿Es que los millones de euros que la empresa está destinando a publicidad en todos los medios está tapando la boca a los periodistas? Una colega me decía: «Pero por qué os metéis en líos. Pasaos a Telefónica». La sensatez del consejo no ha de evitar la búsqueda de la solución para los engañados.
¿Y la Administración? ¿Qué medidas toma para proteger a estos clientes? Lo que sucede no deja de ser una estafa. Es cierto que Ya.com promete devolver las cuotas cobradas mientras haya durado la incidencia, pero lo cierto es que por ahora no ofrece el servicio que sí están pagando sus clientes, virtualmente atados y amordazados.