El 30 de septiembre de 1955, James Dean se empotró con su Porsche contra otro vehículo e hizo realidad la frase de «vivir rápido, morir joven y dejar un bonito cadáver». Tenía 24 años y sólo tres filmes a sus espaldas, pero una vez muerto, nació el mito.
Para rendirle homenaje, la Filmoteca de Catalunya proyecta en Barcelona, en tres días seguidos las tres películas protagonizadas por el actor: Rebelde sin causa (1955), de Nicholas Ray; Al este del Edén (1954), de Elia Kazan; y Gigante (1956), de George Stevens, que –creo recordar– se acabó tras su muerte, ya que al actor le faltaba rodar algún plano.
Como es natural, para quien no vaya al cine –una lástima, porque muchos fans sólo han visto estas películas en la televisión; mañana mismo, TV-3 emite Gigante–, las tres han aparecido en un pack de tres DVD. Justamente pasé ayer por la FNAC El Triange y lo vi en las estanterías por unos 45 euros. Vale la pena.
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