Cuando le vi llegar a los estudios de BTV, hace unos días, parecía un chaval… de 50 tacos, claro está.
Llevaba una camisa de manga corta a cuadros y el pelo algo enmarañado, con cuatro toques grises en las sienes.
Me sorprendió, como a veces te pasa con gente a la que ves en la tele, porque no era lo que yo esperaba: un tipo cachondo, un humorista… No, no. Era más normal de lo que parecía en la tele, correcto, amable y directo.
Luego, en la pequeña pantalla (estaba en Barcelona para ser entrevistado en el programa de TeleMonegal), se creció y apareció el Gran Wyoming que yo estaba esperando.
Lo curioso del caso es que, al transcribir la conversación, vi que allí había mucha más chicha de la que me había parecido en un primer momento.
Si os apetece leer, este es el enlace de la entrevista que publiqué el sábado en el suplemento TeleTodo del diario El Periódico de Catalunya.