Hace escasamente mes y medio falleció Agustí Villaronga (1953-2023), que hubiera cumplido 70 años el próximo 21 de abril. A punto de estrenarse su película póstuma, ‘Loli tormenta‘, no quería hacer aquí una necrológica al uso, sino recordar el momento en que conocí al director de cine mallorquín, hace más de 36 años.

Era el mes de julio del año 1986, cuando su primera película como realizador, ‘Tras el cristal‘, fue premiada en la 28ª Semana Internacional de Cinema de Barcelona en una arriesgada decisión del jurado, que pretendía ayudar a estrenar aquella ‘opera prima’ lastrada por problemas financieros.

Producida por Teresa Enrich, ‘Tras el cristal’ se rodó en 1985, sufrió dos embargos y una hipoteca pero pudo presentarse en el Festival de Berlín de 1986, pasar por varios certámenes más, además del de Barcelona, y pudo verse también fuera de concurso en el Festival de San Sebastián.

¿Y de qué va este polémico y duro debut de Villaronga, que a mí me dejó admirado por un lado y aterrorizado por otro? De un tema que por aquel entonces no se tocaba mucho y ahora está de triste actualidad: los abusos sexuales a menores.

El personaje protagonista es Klaus, un médico nazi que intervino en experimentos con niños en un campo de concentración, pequeños a los que torturaba y de quienes abusaba. Este pederasta asesino (muy bien interpretado por el actor alemán Günter Meisner) huye de Alemania tras la guerra pero, tras caer desde lo alto de una torre, queda tetrapléjico y confinado en un pulmón de acero.

Necesitado de cuidados continuos, Klaus vive con su esposa Griselda (Marisa Paredes), su hija Rena (Gisela Echevarría) y una criada (Inma Colomer) en una apartada casa de campo (de Mallorca, probablemente). Allí aparece una día Ángelo (David Sust), un extraño chico que se ofrece para cuidar a Klaus como enfermero. Pese a su mirada nada tranquilizadora, Klaus acepta contratarle. Y no os destripo más el filme, que finalmente se estrenó el martes 17 de marzo de 1987.

Como ya había hecho en la presentación de julio de 1986, la mañana de aquel martes fui a la rueda de prensa del equipo, con Villaronga y Enrich al frente. Allí estuvieron los actores Marisa Paredes, Gisela Echevarría y David Sust, así como el gran Jaume Peracaula, director de la excelente fotografía de ‘Tras el cristal’.

Paredes me dijo entonces: «Es un filme que permite tocar cosas del ser humano que no suelen ser tocadas, que a veces son obscenas, brutales o demasiado fuertes. Es una película que no dejará a nadie indiferente».

Y cuando le pregunté a Villaronga por la elección de Meisner, señaló: «Ningún actor español me daba el físico necesario para fijar de un golpe la imagen de un nazi, con ese aspecto maligno que tiene el personaje». No es extraño. El intérprete alemán encarnó en el cine varias veces a Hitler, la maldad hecha carne.