En una pequeña salida de este verano, estuve visitando un lugar que se está convirtiendo en destino mítico para los amantes del subgénero del ‘spaghetti western’ y de Sergio Leone, uno de sus grandes directores: Sad Hill, el cementerio construido muy cerca de Santo Domingo de Silos, en la provincia de Burgos, para rodar la escena final de la película ‘El bueno, el feo y el malo’ (1966).

Como no voy a engañaros ni me voy a poner a escribir aquí y ahora una crónica sobre la película, os dejo unos párrafos extraídos directamente de la entrada del filme en la Wikipedia para situaros en la trama y algunos detalles de la producción, porque lo interesante, para mí, fue visitar el lugar.

Coproducida entre Italia, España y Alemania, la película fue dirigida por Sergio Leone y contó con las actuaciones de Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach en los papeles del bueno, el malo y el feo, respectivamente. Tonino Delli Colli dirigió la fotografía y Ennio Morricone, la música, sensacional.

Fue la tercera y última película de la llamada ‘Trilogía del dólar’, tras ‘Por un puñado de dólares’ (1964) y ‘La muerte tenía un precio’ (1965). La trama gira en torno a un cazarrecompensas, un antiguo sargento y un ladrón que luchan entre sí por encontrar un tesoro de monedas de oro escondido durante la guerra de secesión estadounidense en una tumba de un inhóspito y lejano cementerio.

Pues bien, este camposanto fue ‘fabricado’ en un valle situado a pocos kilómetros al sur de la localidad de Contreras, a cuyo municipio pertenece, si bien yo accedí al lugar a través de la polvorienta pista forestal de unos cuatro kilómetros, procedente de Santo Domingo de Silos.

Según se cuenta, un grupo de 250 soldados de los que hacían la mili construyeron un cementerio en círculos concéntricos y más de 5.000 tumbas en solo tres días. La plazoleta central, de unos 30 metros de diámetro, serviría para acoger el duelo final entre los tres personajes principales.

Según Wikipedia, el lugar permaneció abandonado durante 49 años hasta que, en octubre de 2015, comenzaron los trabajos de recuperación del cementerio a manos de voluntarios de la Asociación Cultural Sad Hill. La entrada a los escenarios es gratuita y está abierta las 24 horas del día todo el año.

El empedrado central cubierto por una capa vegetal fue desenterrado durante meses y mediante una campaña de micromecenazgo se financió la colocación de las 5.000 cruces en su posición original. Del proceso de reconstrucción da fe el interesante documental ‘Desenterrando Sad Hill’, de Guillermo de Oliveira, candidato a los Goya 2019. No dejéis de visitar la página web de la asociación, que actualmente es esta: https://asociacionculturalsadhill.wordpress.com

La visita, que se puede alargar tanto como el aficionado desee, en realidad es cortita. En una hora, como máximo, se recorre la zona de tumbas, algunas con letreros curiosos y otras, con nombres de actores conocidos, así como el círculo central empedrado, donde algún que otro fan luce poncho y sombrero tejano.