El día de Reyes me recuerda siempre la imagen de unos camellos en la oscuridad y de un pequeño Dios recién nacido que les espera… Por eso quiero comentar dos perlas surgidas en dos diarios ayer, la víspera de Reyes.
Una era peculiar, viniendo como venía, publicada en La Contra de La Vanguardia.
Núria Escur entrevistaba a Pietro Laureano, presentado como arquitecto del ecosistema y urbanista.
El texto era bueno y el personaje, interesante. El adjetivo de «peculiar» lo he querido añadir porque, siendo la jornada que era, el entrevistado decía, a modo de presentación: «Soy de izquierdas, obsesionado por el medio ambiente. Dios no creó al hombre, el hombre creó a Dios. Teníamos gran necesidad de él». Y eso, en un diario que aún conserva una sección de Religión.
La otra, divertida y prometedora, la escribía, y muy bien, como siempre, Jacinto Antón en la segunda página del cuadernillo catalán de El País.
Con el título de Aventura con camellos, Antón iniciaba así su relato: «Ésta es una historia de camellos en la noche, aunque no tiene nada que ver con los Reyes».
Sólo por este comienzo decidí sumergirme en esa crónica que iba de Lawrence de Arabia y Londres a Terenci Moix y las pirámides de Egipto.
Una crónica que, pese a desinflarse un poco en su tramo final, resultaba apasionante.
Antón hace realidad la máxima de que «para ser buen periodista es necesario ser buen escritor».
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