Que la Iglesia tiene otras voces, es un hecho. Pero que esas voces surjan de los estamentos oficiales, es más extraño. La del Consejo Presbiteral del obispado de Girona del martes, publicada ayer y recogida hoy por varios medio, es extraordinaria, teniendo en cuenta cómo es la cúpula episcopal española en la actualidad.
Por ello, he querido incluir aquí su nota íntegra:
«La Iglesia tiene que ser anuncio de la buena noticia del Evangelio.
Lo que la Cope está sembrando en España no lo es: descalifica sistemáticamente a los políticos que considera contrarios a sus opiniones, incluso insulta e injuria; de manera enconada denigra al pueblo de Catalunya, a sus instituciones y gobernantes.
Esta manera de actuar ofende nuestros sentimientos más entrañables, hace perder credibilidad a la Iglesia, escandaliza gravemente los fieles, desvela resentimientos y odios recíprocos.
Denunciamos y protestamos enérgicamente que una emisora que se presenta como católica, abuse tan descaradamente de la libertad en que se ampara, contradiciendo, con su estilo barriobajero y provocador, los principios y los ideales del Evangelio.
Urgimos una clara actuación de la Conferencia Episcopal Española que ponga fin a esta situación, que lamentablemente hace demasiado tiempo que dura.»
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