Empar Moliner presenta Herois quotidians en Tv-3 Esta semana, la tele ha estado teñida de informaciones trágicas. Por eso se nos hace necesario también huir un poco de la realidad. En TV-3 hay un par de programas que lo intentan, aunque lo hacen de muy distinta forma.
Uno de ellos, los jueves, es Llegendes urbanes , aunque no estoy seguro de que pretendan hacer humor, sino gore , aunque el programa, de puro sub-real , hace reír, como cuando ves una película de sang i fetge de las malas, porque las leyendas urbanas son eso, puro mito, falsedades amplificadas a través del boca-oreja, de internet o de las ondas. Las reconstrucciones que plantea el espacio son baratitas, de cartón piedra, y eso se nota. Sus presentadores no funcionan, no hay química entre ellos. Extraño fenómeno cuando Juanra Bonet era un buen reportero en Caiga quien caiga y el actor Jordi Rico encajaba en Porca Misèria . No me creo lo que explican. Y aplazar la resolución de la mentira, como hacen, no lleva sino a aburrir al espectador, a que zapee hacia otra cadena.
El otro programa se emite los lunes. Es Herois quotidians , el surreal espacio de Empar Moliner , codirectora junto a Juan Carlos Ortega, el humorista más marxiano de la tele. Estos días le sacan punta al tema de la hostelería, que siempre da juego. En uno de los primeros capítulos, la familia propietaria de un tradicional bar gallego del Eixample se salvaba de la ruina al transformar el local en un restaurante gay con una carta adecuada a la nueva clientela. «No escribas rebozado, llámalo tempura» , le decía el hijo a su madre.
Esta semana había una entrevista con el director de la Escola d’Hostaleria, que analizaba programas de cocina como el de Arguiñano y se disponía a introducir unos cambios en los planes de estudio: clases de baile, monólogos y chistes. Ya se sabe que ahora hay que ser mejor showman que cocinero, porque, como decía la profesora de repostería, reconvertida en maestra de canto: «En ello, os va el negocio, chicos». Veremos qué nos depara la irónica Moliner este lunes, pero apúntense; seguro que pasarán un buen rato.