cervezas irlandesas

Os decía ayer que habíamos llegado a Cork y nos preparábamos para dejar las maletas en un B&B, Achill Guest House.
Cuando llegamos a la casa, no había sitio para aparcar, porque era una carretera y, delante de la entrada estaba lleno de coches (dos, de empleados de Coca Cola, que debían ser familiares o amigos de la dueña de la casa).
Helena McSweeney, la propietaria, nos recibió con una sonrisa, un inglés endiabladamente rápido y una desagrable sorpresa: no habíamos confirmado la petición de reserva que habíamos realizado días antes.

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