El colectivo de críticos catalanes Catacric se reunió la noche del lunes, 30, para otorgar sus 17º premios YoGa a lo peor del cine del 2005.
Estos contra-premios o anti-premios hay que mirárselos con el mismo humor con que se otorgan: son un toque de atención a los citados, nada más.
No son las peores películas del año, y a veces, incluso, son las más vistas. Pero, en esta ocasión, esperábamos más de sus autores y protagonistas.
Por ejemplo, me confiesa un conocido catacric, las expectativas depositadas en las películas de Jaime Chávarri, de Juanma Bajo Ulloa, de Oliver Stone, de Orlando Bloom o de Federico Luppi no se han correspondido con los resultados finales. Por eso les ha caído un YoGa.
Y, como en el fútbol, cada espectador es un crítico y opina diferente de la película que está viendo.