Esta mañana, cuando he ido a comprar legumbres a una tienda de Vic, de la que soy cliente habitual desde hace años… los fines de semana.
El año pasado, como obsequio de Navidad, nos regalaron una bolsa de tela para transportar sus productos.
Este año han sido dos recipientes de plástico para legumbres, donde caben desde medio a un kilo y medio de garbanzos, lentejas o alubias.
Ahora, llevo sus tarteras en la bolsa de tela y así uso menos bolsas de plástico.
Como dice un mallorquín llamado Manel en su blog: «Siempre y cuando sea posible, es mejor elegir productos frescos y a granel evitando los embalajes excesivos. No mejoran la calidad del producto y, en cambio, son residuos innecesarios».
Son iniciativas a tener en cuenta.