Desde Glendalough, el lugar del que os hablaba el otro día, nos fuimos hacia Belfast, la capital de Irlanda del Norte.
En puridad, es una ciudad inglesa, la segunda más grande de la isla después de Dublín, y eso se nota en cuanto pasas la línea fronteriza, ahora invisible: los letreros en la autopista varían ligeramente y las millas sustituyen a los kilómetros.
Queríamos ir a Belfast, porque era el núcleo de referencia en el enfrentamiento entre las comunidades republicana y unionista, que nos ha recordado siempre al problema del País Vasco por la existencia del IRA, allí, y de ETA, aquí.

La Wikipedia os ofrece un breve relato de este conflicto, del que cito su inicio:

El conflicto de Irlanda del Norte fue un conflicto violento por el estatus político de Irlanda del Norte, que provocó gran pérdida de vidas humanas durante la segunda mitad del siglo XX. Enfrentó, por un lado, a los unionistas de Irlanda del Norte (de religión protestante, mayoritaria en la región), partidarios de preservar los lazos con la Gran Bretaña, y por otro lado a los republicanos irlandeses, generalmente de religión católica y demográficamente minoritarios, partidarios de la independencia o bien la integración de la provincia en la República de Irlanda, país de religión católica. Ambos bandos recurrieron a las armas, y la provincia se hundió en una espiral de violencia que duró desde finales de la década de 1960 del siglo XX hasta la firma del Acuerdo de Viernes Santo, el 10 de abril de 1998, que sentó las bases de un nuevo Gobierno, en el cual católicos y protestantes comparten el poder.

Por todo ello queríamos ver la capital del Ulster, con algunas visitas muy claras: la zona oeste, donde se concentran los murales pintados por los protagonistas del conflicto; el centro de la ciudad y el barrio universitario, donde habíamos encontrado un moderno B&B (de hecho, un pequeño y acogedor hotelito) que cumplía con creces el objetivo deseado: limpio, amplio, tranquilo, con wifi, no muy caro y con párking.
Elegimos el Tara Lodge, del que podéis leer mi crítica en TripAdvisor.
Sólo nos equivocamos en el precio: lo leímos mal; eran de 65 a 85 libras, cifra que en euros ascendía de 75 a 100 euros.