A veces, cuando abres un libro, y disfrutas leyéndolo, sientes cierta envidia de no haberlo escrito tú. Eso me pasó ayer noche con “El juego del ahorcado”. Lo acabé de leer bien entrada la madrugada.
Es la primera novela de Imma Turbau, una joven periodista y escritora de Girona, ciudad donde ocurre la trama.

Hace unos cuantos años, por motivos profesionales, tuve el gusto de conocerla y compartir con ella una taza de café en la cafetería del centro comercial de L’Illa Diagonal. Era entonces una chavala vivaz y entusiasta, que comenzaba en la profesión. En aquel momento trebajaba al frente del recién creado departamento de prensa de una empresa cultural francesa que acababa de abrir sede en Barcelona. Su alegría era contagiosa y era de agradecer la forma de promocionar exposiciones, libros, discos y todo lo que se tenía que presentar en el pequeño auditorio de aquella macrotienda.
Un buen día anunció que marchaba a Lisboa, a hacerse cargo de la nueva delegación que su empresa abría en la capital portuguesa. Tan sólo unos pocos e-mails mantenían la relación.
Después, hace un año, volvió a España, pero a Madrid. Y, de repente, este mes de marzo, me llegó este mensaje: «Estimados, todos: al final mi novela sale este viernes. Se sigue titulando “El juego del ahorcado”; sale en la colección Literatura Mondadori y luce una inconfundible portada naranja.»
Ostras! La Imma, escritora: qué miedo, pensé por un momento… He de confesar que no leí su libro entonces. Siempre que lees algo de alguien conocido y más o menos próximo, te resistes un poco a hacerlo, por miedo a que te defraude y a no saber qué decir o cómo decírselo a su autor o autora.
La frase publicitaria de la editorial me hacía dudar: “Cuando David se suicidó, Sandra y él llevaban ya años sin verse. Pero ambos sabían que seguían atados por un oscuro secreto, por algo que ocurrió una tarde de verano, cuando los dos formaban una pareja de adolescentes rebeldes y enamorados. Algo trágico e irremediable que iba a marcar sus vidas para siempre.”
Ahora me arrepiento de no haberlo leído antes… Sus primeras frases me atraparon y ya no me dejaron marchar: “Hace una semana que le encontaron, ahorcado, y sólo yo, que no sé de él desde hace muchos años, conozco sus motivos. Así es como ahora, en lugar de guardar un terrible secreto, guardo dos».
Ahora sólo falta que lo traduzca al catalán…
Aunque por educación y escolarización –como me pasa a mí mismo— me parece que a Imma le va mejor escribir en castellano, quizá un día de estos se lance a hacerlo en catalán.
Si queréis conocer más cosas de Imma Turbau, su web és el siguiente: http://www.immaturbau.com/
Y si queréis leer la entrevista que le hizo hace unos días María Eugenia Ibáñez en El Periódico de Catalunya clica con el ratón sobre este enlace