Hace casi 40 años que Ferran Sendra (Barcelona, 1958) retrata a estrellas del rock en concierto. Ahora ha querido publicar un libro de fotografías, titulado ‘Rocks on the Road’, donde nos descubre pueblos, detalles y paisajes de Estados Unidos y el Reino Unido que han inspirado grandes canciones de ese estilo de música y portadas icónicas de discos de Pink Floyd, Eagles, Led Zeppelin, Deep Purple o Guns N’Roses.
En el libro podemos ver lugares como la Promised Land, el Cadillac Ranch y las Badlans de Bruce Springsteen; el Misisipí de Johnny Winter; el Memphis de B.B. King; el Nashville de Johnny Cash; la Nueva York de Bob Dylan; la California de los Eagles; los desiertos de Mojave y Death Valley de los U2; las carreteras de Texas de los ZZ Top; callejones que inspiraron a los Clash, a David Bowie y a Lou Reed, y hasta la prisión de Illinois de los Blues Brothers.
Además del vídeo que resume el espíritu del libro, Ferran nos ha respondido a algunas preguntas sobre su triple afición (fotografía, rock y viajes) para los amigos de Nosolocine.net (donde se ha publicado originalmente este texto) y nos muestra algunas de las imágenes que ilustran su libro.
– ¿Cuándo empezaste a hacer fotos de conciertos y por qué?
– Hace tanto que no recuerdo si primero fue hacer fotos y luego ir a conciertos, o al revés. Todo comenzó hacia 1976. Entré en el diario ‘Avui‘ con 17 años. Primero estuve en teletipos y luego en compaginación. Aún no había fotógrafos ni sección de Fotografía, pero con Jordi Garcia-Soler [fallecido el pasado 31 de mayo] empecé a ir y publicar fotos de los conciertos de la época. Básicamente cubríamos los de la Nova Cançó, pero pronto vi que los conciertos de rock internacional que llevaba Gay & Company eran los que a mí me interesaban, porque era el tipo de música que yo escuchaba. Aquellas primeras actuaciones de Lou Reed, Iggy Pop y Eric Clapton, entre otros, aún las recuerdo.
– ¿De qué fotos de músicos estás más contento?
– Es difícil elegir fotos, porque de las que estoy más contento no son las mejores. Las fotos que hice del primer concierto de Lou Reed en el Palacio de Deportes de Barcelona no valen nada, pero con tener una foto de esa noche ya tengo suficiente. Las fotos de los grandes del rock ya desaparecidos les tengo un cariño especial, como las de Frank Zappa, Rory Gallagher, Jerry Garcia, Bo Diddley, Pete Seeger… La lista es larga.
– ¿Cómo se te ocurrió la idea de viajar a los lugares del rock?
– Todo viene de un primer viaje a Londres en 1980. Al ver la Battersea Station de la portada de ‘Animals‘, de los Pink Floyd. Hice aquella foto y empecé a buscar lugares y paisajes relacionados con los artistas y bandas que me gustan. Pero no me he limitado a las portadas. De los videoclips, documentales o biografías sacas mucha información. En el libro hay cosas tan diferentes como la portada ‘Hotel California‘ de los Eagles en Los Ángeles; la estatua de Willie Nelson en Austin (Texas); las ‘Badlands‘ de Bruce Springsteen en Dakota; la tumba de Jim Morrison en París y las casas de los cuatro Beatles en Liverpool. De hecho no es un libro de portadas de discos (aunque hay más de 50), ni de fotos de conciertos. Las fotos de conciertos son la base que hace que todo tenga sentido, pero no son lo más importante.
– ¿Cómo planificastes esos viajes?
– Tengo una libreta donde me he ido apuntando todas las localizaciones que he encontrado. En cuanto tengo unas cuantas, de Chicago, por ejemplo, voy y trato de hacerlas. A veces, con un solo viaje no lo encuentras todo. Nueva York es un caso aparte, no te lo acabas nunca. Esto lo he hecho muy poco a poco. Prácticamente todas las localizaciones son de Inglaterra y Estados Unidos.
– ¿Qué imágenes destacarías?
– Me gustan las que pueden pertenecer a más de un disco o una canción, esas que no tienen una referencia concreta y clara, que se pueden asociar a muchas canciones: imágenes del Misisipí, de Tennessee, los paisajes inhóspitos de la Gran América, aquellas carreteras interminables, desiertos, coches, trenes…
– Para acabar, veo que tienes grandes colaboraciones en los textos…
– Era importante que los textos reflejaran el espíritu que yo quería dar a todo, y necesitaba gente que entendiera el proyecto desde el primer momento, amigos con los que he trabajado y pasado muchas horas. Manel Fuentes, David Castillo, Jordi Vidal y Jordi Bianciotto me conocen bien, han captado lo que quería enseñar y lo han clavado. Sus introducciones ayudan mucho a entender lo que yo he querido contar con imágenes.
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