Ya se sabe que por cada premio de algún tipo suele haber un anti-premio. En el caso del cine, en España, el asunto se remonta a los años 50, cuando la desaparecida revista La Codorniz inventó los Pepes de Barro para reirse de lo que les parecía más ridículo, feo o de mal gusto.
Esta tradición satírica, que auna crítica y humor, se concretó en EEUU, hace 27 años, en los Razzies, los Golden Rapsberry Awards (Premios de la Frambuesa Dorada), que se dan a conocer justo antes de la gala de los Oscar.
En España, los veteranos Premios YoGa han cumplido el día 31 de enero su mayoría de edad: 18 años de la mano del colectivo de críticos catalanes Catacric. El nombre del anti-premio no es muy original: surgió tras jugar con las letras de los premios Goya de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. De hecho, las aburridas galas iniciales de la Academia fueron uno de los motivos que dio origen a la aparición de los Yoga, sólo un par de años más tarde de la creación de los Goya.
Este año, los Catacric han premiado, como malas, a las películas, directores y actores siguientes:
World Trade Center, de Oliver Stone, y La joven del agua, de M. Night Shyamalan; y a los actores Tom Hanks, por El código Da Vinci, y Sharon Stone, por Instinto básico 2, los cuatro en el apartado del cine extranjero. Y en el español, a GAL, de Miguel Courtois, y al intelectual Marc Recha, por Días de agosto, premio que parece haber levantado ampollas; y a los actores Javier Bardem y Ariadna Gil, quienes normalmente están muy bien en sus trabajos, aunque parecen haber patinado este año, en opinión de los Catacric.
Pero si quieren pasar un buen rato, lean sobre todo los apelativos que anteceden a los nombres de los premiados… Si quieren jugar a encajarlos, vean un par de ejemplos: Pepito Piscinas, El flautista de Amelie, Yo soy la Shari, Plastoon, Maja adentro o Vaya par de gemelos.