Íbamos paseando por L’Illa Diagonal, cuando vimos esta muestra de utilitarios antiguos. Estaban aparcados en el vestíbulo del centro comercial, para deleite de niños, que pensaban que eran juguetes grandes, y de adultos, sonrientes ante estos pequeños coches, que parecían de juguete.
No llevaba cámara y en esta ocasión opté por utilizar la cámara de mi teléfono móvil (un Nokia N85, con un obejtivo Carl Zeiss de 5 megapixels).
Ya se sabe: la ocasión hace al fotógrafo.