En Suiza, sus ciudadanos acuden a votar sobre cuestiones de todo tipo.
Aquí nos escandalizamos porque a alguien se le ocurre preguntar sobre cómo nos queremos gobernar.
Decidir sobre algo así, opinar sobre nuestros derechos ciudadanos, no debería ser objeto de controversia. Y más cuando no le cuesta nada al contribuyente.
Yo voté hace unos días tranquilamente y hoy muchos conciudadanos también lo hacen. Y quien no desee hacerlo, que no lo haga. También está en su derecho.
Es un día de sol y libertad.