Para empezar estos artículos veraniegos, os voy a proponer un juego a partir de un recorrido que acabo de realizar por Francia. Y como seguramente habrá algunos lectores que se irán de vacaciones a este país o pasarán por él para ir hacia el norte o el centro de Europa, habrá alguno de estos lugares que quizá os apetezca visitar.
En mi itinerario hacia Bretaña para ver a mi amigo El Druida, pasé de largo de Burdeos, que ya conocía. De todas formas, tanto si venís desde Toulouse como desde Bayona, os sugiero una parada técnica en esta zona, que os permitirá conocer, además, el pueblo natal de Cyrano, Bergerac, o la inmensa Duna de Arcachon.
Bueno, pues a 185 kilómetros de Burdeos está la ciudad de La Rochelle, capital del departamento de Charente Marítimo. Es relativamente pequeña y su centro histórico se puede visitar en un día.
Yo, la verdad, me acordaba de este nombre gracias a Alejandro Dumas y Los tres mosqueteros.
Es toda aquella parte de «El sitio de La Rochelle«, asedio ideado por el cardenal Richelieu, a donde éste envió a D’Artagnan para que muriera en combate, cosa que el malvado no lograría, claro.
En ese episodio, que el famoso escritor narra en el capítulo 41 de su novela, aparecen diálogos que me siguen encantando como cuando era un crío.
-¡Miserable! – dijo D’Artagnan-. Vamos, habla deprisa, ¿quién te ha encargado asesinarme?
-Una mujer a la que no conozco, pero que se llamaba Milady.
-Pero si no conoces a esa mujer, ¿cómo sabes su nombre?
Como podéis ver, toda una delicia aventurera…
En la oficina de turismo, ubicada en el puerto, te facilitan un folleto con un itinerario muy fácil de seguir.
La fotografía que ilustra este artículo, con las dos torres de entrada al puerto, incluye de refilón la escultura que la ciudad dedicó hace unos meses a su alcalde de muchos años, el político Michel Crépeau, fallecido hace 10 años. La pieza es obra del escultor François Cante-Pacos.
Si os apetece verla mejor, he subido esta y otra imagen más a mi Photoblog.
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