Leo hoy en el periódico digital Difusión que «el BOE de papel desaparecerá en 15 meses y a partir de 2009 sólo estará disponible en Internet».
Hay ciertas publicaciones que son carne de internet, que te las imaginas ya más en la red que en papel. Por fin esos miles de legajos inescrutables podrán ser consultados de una manera más fácil, lógica, económica y ecológica.
Pero, ¿y si trasladáramos esa idea a otros mamotretos similares?
Pienso ahora en las guías de Telefónica. El otro día desmbarcaron en mi portal y fueron dejando las guías blancas y amarillas frente a cada puerta y rellano.
No sé si recuerdan, pero antes se devolvían las guías del año anterior, y si no las tenías, el repartidor de daba la bronca.
Pues esta vez, cuando un vecino le dijo al trabajador que esperara, que le iba a devolver las guías del año pasado (perfectamente envueltas en el plástico original, como las mías) la respuesta del repartidor fue la siguiente: «No, no se preocupe. No me las entregue. Puede tirarlas usted mismo al contenedor».
Cuánto papel desperdiciado.