Jaume Ripoll, en la entrada de las oficinas de Filmin (foto Txerra Cirbián).

Hace unas pocas semanas, Jaume Ripoll (Palma, 1977) publicó el libro ‘Videoclub. Las películas que cambiaron nuestra vida’, una especie de autobiografía donde el cine es el hilo conductor de la vida y peripecias de este hombre, que es uno de los creadores y director editorial de Filmin, la primera plataforma íntegramente española de vídeo a la carta a través de internet.

El texto, muy interesante y dotado de una fina ironía, incluye al final nada menos que 25 listas de películas imprescindibles para cualquier aficionado. Tras haber disfrutado con la lectura del libro, os quiero también destacar una frase de cuando el autor estudiaba en la ESCAC, a finales de los años 90 del siglo pasado. Una frase que se podría aplicar a otros muchos estudiantes y aspirantes a dedicarse profesionalmente al cine (y aquí me incluyo yo mismo).

Es una frase incluida en el capítulo 17, titulado ‘Don’t be a lawyer’ (No seas un abogado), centrado en cómo llegó a esa escuela de cine, recuerda Jaume que le preguntaron por qué quería dedicarse al cine. Su respuesta, entonces, fue: “Quiero dirigir, contar historias con la cámara, rendir tributo a los directores que me gustan”. Ahora, un cuarto de siglo después, “acabé descubriendo que la respuesta limpia de autoengaño (…) era la siguiente: había querido estudiar cine porque me gustaba verlo, no hacerlo”.

Aprovecho la publicación del libro de Jaume para recuperar aquí una entrevista que le hice en septiembre de 2019 y que publiqué originalmente en la web de Catalunya Plural. La mayor parte de sus respuestas siguen siendo válidas, desde mi punto de vista. He eliminado las más coyunturales.

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