Tomàs Pladevall (Sabadell, 1946) es un reconocido director de fotografía que ha rodado más de 60 largometrajes y varios centenares de producciones audiovisuales (telefilmes, documentales, cortometrajes, anuncios), que acaba de ser galardonado con el Premio Gaudí de Honor, de la Academia del Cine Catalán, primero que se otorga a un técnico como él. Jubilado desde 2011, sigue colaborando con la Filmoteca de Catalunya. Hace unos años, con motivo de un libro que yo estaba preparando, le hice una larguísima entrevista en su casa de Roda de Ter, que merece la pena rescatar. Una versión más reducida la publiqué el viernes 11 de marzo en Nosolocine.net.
— Tomàs, eres de los pocos cineastas catalanes que fueron a la legendaria Escuela Oficial de Cinematografía (EOC). ¿Cómo fue eso? ¿Qué te llevó a ingresar en ella?
— Yo empecé a hacer cine porque mi padre se compró una cámara cuando yo tenía 8 años. Él pertenecía a un grupo de Amics del Cinema de Sabadell, que ya en los años 30 rodaban en 9,5mm (aún tengo algún material). Cuando tuvo un dinerillo, se compró un equipo de 8mm y empezó a rodar películas familiares, básicamente documentales sobre Sabadell y, en verano, filmaba en Sant Llorenç de Morunys. Algunas veces me dejaba coger la cámara y hacer algún plano. Me hace mucha gracia, porque ese material, que yo tengo depositado en la Filmoteca, aguanta perfectamente el paso del tiempo, porque era Kodachrome y mantiene muy bien el color. De eso hace 50 años. No sé si el digital aguantará tanto tiempo.