Gabriel García Márquez, Fidel Castro i Fernando Birri, el 1986.

Fa uns dies que es van complir els deu anys de la mort de Gabriel García Márquez (1927-2014), efemèride a què la seva família ha afegit el regal de la publicació de la seva novel·la pòstuma ‘En agosto nos vemos‘. Tot plegat m’ha donat peu a recordar un moment de la meva vida en què vaig conèixer el gran escriptor colombià.

Va ser el 1987, cinc anys després que Gabo fos guardonat amb el Premi Nobel de Literatura. Una breu trobada que es va produir a l’Escola Internacional de Cinema i Televisió de Sant Antoni dels Banys, a Cuba, presidida pel mateix escriptor i dirigida pel cineasta argentí Fernando Birri (1925-2017).

En realitat, jo havia viatjat a Cuba en un rampell. Amant del cinema i desitjós d’aprendre tot allò relacionat amb el fet de fer pel·lícules, vaig voler esbrinar si em deixarien matricular-me en aquella escola, inaugurada només uns mesos abans, el 15 de desembre de 1986, creada pel Comitè de Cineastes d’Amèrica Llatina a iniciativa de García Márquez, recolzat pel seu amic Fidel Castro.

En aquells moments, en què no existia cap escola de cinema a Espanya (l’ESCAC ho faria el 1996) la de Cuba no em va obrir les portes: el centre només permetria l’accés a estudiants de països llatinoamericans, Àsia i Àfrica de baixos recursos econòmics. Anys més tard, va ser més acollidora i allà van poder estudiar els (després directors) espanyols Benito Zambrano i Jaime Rosales, per exemple.

No era la primera vegada que viatjava a Cuba. Tres o quatre anys abans havia estat amb la meva parella de vacances per diferents indrets de l’illa del Carib. Més tard, a inicis del 1986, vam estar un parell de nits a l’Havana, però de passada cap a Mèxic, que havia patit un terrible terratrèmol el setembre del 1985 i desitjava visitar el país centreamericà.

Aquesta tercera vegada tampoc no m’havia enviat el diari per al qual treballava. Pensava cobrir les despeses del viatge i l’estada amb un parell de reportatges que intentaria vendre al meu retorn a Barcelona. Un seria aquest, que avui us estic explicant, i l’altre, sobre el viver de cocodrils ubicat a Guamà, al Parc Natural de la Península de Zapata. I sí: vaig menjar carn de cocodril.

En la breu trobada que vam tenir, amb prou feines li vaig poder treure unes paraules. García Márquez va explicar quatre coses del projecte que tenia entre mans tant un equip de TVE que també visitava el centre com a mi, que m’havia incrustrat entre els visitants. Es veia a la llegua que el Nobel, acabats de fer els 60 anys, es divertia més explicant als seus alumnes l’assignatura de guió que xerrant amb nosaltres. Una classe que ell havia titulat ‘Cómo se explica un cuento‘ i a la qual m’hauria encantat assistir-hi, naturalment. No podia ser.

Fernando Birri, en canvi, va ser un home encantador que va atendre les meves preguntes, dubtes i curiositats. Gràcies a les seves respostes ia les quatre frases de Gabo vaig poder escriure el reportatge que vaig publicar a El Periódico de Catalunya i que podeu veure escanejat en aquesta entrada del bloc. Les fotos eren meves, és clar.

Part superior del reportatge de 1987.

Bàsicament, l’article es va centrar en les diferents adaptacions al cinema i la televisió de diferents relats de l’escriptor colombià. Es deia a l’inici del text que Francesco Rosi estava ultimant la de ‘Cien años de soledad’. No va ser aquesta famosa novel·la la que aquell realitzador italià va portar llavors al cinema, sinó ‘Crónica de una muerte anunciada‘ (1987).

En aquell moment, la idea era adaptar sis contes curts de García Márquez com a telefilms, entre ells, ‘Cartas del parque‘, a càrrec del director cubà Tomás Gutiérrez Alea; ‘Milagro en Roma‘, a càrrec del colombià Lisandro Duque; i ‘Fábula de la bella palomera’, a càrrec del brasiler Ruy Guerra.

Finalment, Birri rodaria un llargmetratge a partir del relat ‘Un señor muy viejo con unas alas enormes‘, que és sobre el que vaig estar xerrant una bona estona amb aquell simpàtic i amable director argentí. Dotat d’una barba blanca inconfusible i llarguíssima, el cineasta tenia llavors 62 anys i va ser un dels creadors de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.

Part inferior del reportatge de 1987.

Texto original del reportaje de 1987

La Habana. – AI tiempo que Francesco Rosi ultima la adaptación cinematográfica de la obra Cien años de soledad, en tono de superproducción, y la televisión colombiana presenta Tiempo de morir. también de Gabriel García Márquez. varias narraciones cortas del escritor colombiano se convertirán en sendas películas. Gabo García Márquez se ha convertido desde enero en un profesor más de la Escuela Internacional de Cine y Televisión [de San Antonio de los Baños], inaugurada este año a pocos kilómetros de la capital cubana.

Hace escasos días, en presencia del embajador español en La Habana, de dos hombres de TVE y de un redactor de EL PERIÓDICO, el escritor, vestido perennemente de negro, comentó casi de pasada esa proliferación de adaptaciones, para volver rápidamente con sus alumnos, a quienes explica ‘Cómo se cuenta un cuento’.

Precisamente, de dos narraciones incluidas dentro de su noveIa ‘El amor en los tiempos del cólera’ (1985), las tituladas ‘La fábula de la bella palomera’ y ‘Cantando desde el parque’, así como de otros cuatro cuentos más (‘María de mi corazón’, ‘Me alquilo para soñar’, ‘Un domingo feliz’ y ‘La larga vida feliz de Margarito Duarte’) se harán seis películas de una hora cada una para TV.

La Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, creada en 1985 con sede en Cuba y de la que Garcia Márquez es presidente, es la entidad que patrocina la producción de esos filmes, que serán dirigidos por el cubano Tomás Gutiènez Alea (autor de Memorias del subdesarrollo y que va a dirigir ‘Para Elisa’, otro relato del Nobel colombiano, independientemente de esos otros seis), el brasileño Ruy Guerra, el argentino Alejandro Doria, el colombiano Lisandro Duque y el mexicano Jaime Humberto Hermosillo.

“EI sexto cuento será dirigido por un español, cuyo nombre aún se desconoce”, comentaba a EL PERIODICO Isaac Ramírez, director de relaciones internacionales del Festival de Cine Latinoamericano de La Habana y subdirector del Instituto Cubano del Arte y la lndustria Cinematográficos (ICAIC).

En cuanto al último proyecto, “se trata de un largometraje que empezaré a rodar en agosto”, afirma el gran realizador argentino Fernando Birri, barba luenga y sombrero negro, autor de, entre otras cintas, Los inundados, que obtuvo el premio a la mejor ópera prima de la 23ª Mostra de Venecia, en 1961, y de quien vimos en TVE, hace un año, el espléndido documental “Mi hijo, el Che” (1985).

“Se titulará ‘Un señor muy viejo con unas alas enormes’ -cuenta Birri-, y es una fábula cruel de Gabo, que aparece en su narración de ‘la cándida Eréndira’, de 1960, y que interpretarán, entre otros actores, Daisy Granados [la protagonista de ‘Cecilia’], Adolto Llauradó y Silvia Planas”.

Cuentan en Cuba que cuando Pilar Miró asistió a la inauguración de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, situada a 35 kilómetros de La Habana, vio que era el ejemplo ideal de la escuela que ella desea levantar en España.

Alumnos de tres mundos
Creación de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, la escuela alberga a 154 alumnos -su media de edad es 25 años- de 24 países de Latinoamérica. Africa (Benin, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique, Burkina Faso y Suráfrica) y Asia (Vietnam): “Yo insisto en decir que no se trata de países del Tercer Mundo, sino de tres mundos distintos con unos objetivos comunes”, comenta Fernando Birri.

Aunque hay seis grandes ramas (realización, guión. producción. montaje. sonido y fotografía), la idea es que “todos deben saber hacer de todo”, según Birri. Existe un cursillo básico de seis meses -desde enero de este año hasta julio-, al cabo de los cuales el alumno está en condiciones de desenvolverse como asistente de cualquiera de esas ramas.

El curso regular se iniciará en septiembre y serán tres años (el último, de especialización), con prácticas continuas y rotatorias durante el tiempo que duren los estudios. También hay talleres y seminarios experimentales, que duran entre uno y seis meses. Así, Gabriel García Márquez inauguró los de Dramaturgia, explicando ‘Cómo se cuenta un cuento’, y ahora dará clases Jean Claude Carrière guionista y colaborador de Luis Buñuel. El de Arte Dramático lo impartía el actor y director chileno Lautaro Murúa (autor de ‘La Raulito’).
Birri comenta que todos los profesores (unos 20) “han de estar en activo”, porque no desean sólo profesores teóricos. Y añade que desean formar “cineteleastas”, evitando asi la “ficticia división entre hombres de cine y de televisión”.

‘Gallego’ es el primero de un amplio espectro de coproducciones

La industria cubana del cine vive un momento de optimismo con respecto a las posibles coproducciones con España. “En el pasado han sido pocas”, afirma Isaac Ramírez refiriéndose a ‘Mi hijo, el Che’, de Fernando Birri, y ‘¡Vampiros en La Habana!’, el filme de animación de Juan Padrón, emitido por TVE la noche de los Oscar. Pero ahora “pueden entrar en un buen camino de colaboración mutua”.
Ese camino se ha iniciado con ‘Gallego’, una producción hispano-cubana en la que Sancho Gracia ha aportado su propio capital -al igual que la TV gallega- al tiempo que interpreta al protagonista, Manuel Ruiz, un gallego que emigró desde Pontevedra a Cuba a inicios de siglo.
En la serie, de unas seis horas y que podría comercializarse en cine con la duración de una película normal, interviene Jorge Sanz, el joven protagonista de ‘El año de las luces’, de Fernando Trueba. “Yo hago de Manuel cuando llega a Cuba con 16 años”, comenta el actor.
“El origen de esta coproducción -explica Isaac Ramirez- está en la obra ‘Gallego’, del escritor cubano Miguel Barnet. Se trata de una novela con una base documental fuerte sobre la presencia de los emigrantes gallegos en Cuba. La obra apasionó a Manuel Octavio Gómez (director de ‘La primera carga al machete’, ‘Los días del agua’, ‘Una mujer, un hombre, una ciudad’ y ‘EI señor presidente’), que escribió el guión. El tenia muy claro que había que rodar una parte en Galicia y otra en Cuba. Así que marchamos hacia España. Sólo Sancho Gracia se interesó en hacerla”.
Con guion de Mario Camus. parte del filme ha sido ya rodado durante dos semanas en localizaciones de Pontevedra, Pias, Mondariz y La Guardia. En estos días, las callejuelas de La Habana colonial están sirviendo de escenario al rodaje cubano de la película, en la que trabajan, además de los actores nombrados y un amplio elenco cubano, otros artistas españoles bien conocidos: Francisco Rabal (como Fabián. el carbonero de la historia). Fiorella Faltoyano, Manuel Galiana, Álvaro de Luna y Rosalía Dans.
Pero ahora hay varios proyectos en cartera: “Manuel Octavio esta trabajando ya en otro guión, ‘Camino de Santiago’, de Alejo Carpentier, que también sera coproducido con España -recientemente se ha sabido que una cadena francesa de TV coproducirá este proyecto-. Y estamos en negociaciones con TVE para hacer conjuntamente una serie documental de carácter científico, ‘La ruta de Colón’, que sería un recorrido a la inversa del viaje de Cristóbal Colón, a través de los fondos marinos. Para ello contamos con un buque oceanográfico, construido con el asesoramiento de Cousteau”.