De izquierda a derecha, Josep Carles Rius, un servidor, Mariàngel Alcázar, Àngels Gallardo, Enric González, Assumpta Sòria y Josep Maria Huertas, redactor jefe de las secciones de Gran Barcelona y Sociedad. La imagen corresponde a la redacción de El Periódico, en  la calle Urgell, en 1984.

Es víspera del 1 de mayo, un día muy apropiado para dejar constancia aquí de este punto y aparte.
En efecto: después de 36 años dejo El Periódico de Catalunya.
Al estar incluido dentro del expediente de regulación de empleo (ERE) que ha llevado a cabo el diario, me toca pasar a la reserva…
Una situación en la que deseo hacer cosas que hacía tiempo que no podía: leer, ir al cine, ver una obra de teatro, escuchar un concierto, exposiciones…
El ritmo actual impuesto por nuestros directivos se acerca bastante al esclavismo y a mi edad yo no daba para más.

Mi amiga Elisenda Pons fotografió la sección de El Día por Delante, de la que fui jefe. Era el año 2003 y aparezco flanqueado por Blanca Espacio y Júlia Barrio (derecha), con José Expósito de blanco (izquierda). Los dos últimos fueron de los mejores becarios que tuve el honor de enseñar, y José aún sigue en el diario.

Pero los jóvenes tampoco lo tienen nada fácil. En parte, también por ellos, por esos chicos y chicas que han sido mis becarios y ahora trabajan allí, he decidido dar este paso a un lado…
Eso no significa que deje el periodismo, ni mucho menos, ni la escritura, a la que me gustaría dedicarme sin las urgencias que imponen actualmente las empresas periodísticas.

Junto al colega Félix Flores, de La Vanguardia, charlando con Steven Spielberg, en la Alhambra de Granada, en 1988, preparando ‘Indiana Jones 3’. Un reportaje y una entrevista que, quizá, hubiera sido imposible si no hubiera trabajado para ‘El Periódico’. 

Tengo varios libros en mente, y una guía de viajes que acabé hace unos días y que os presentaré muy pronto.
Ojo: no dará un euro, como no me da mi ‘Venecia de cine’, pero he disfrutado escribiéndola, y eso me satisface.

Por ahora descarto volver a enrolarme en ningún sitio, aunque es probable que eche una mano a gente maja que lo necesita. Voluntariado, sencillamente.
A los compañeros que han marchado al mismo tiempo les deseo lo mejor, y a los que se quedan en el diario, toda la suerte del mundo. La van a necesitar. Yo seguiré leyéndoles, porque es lo mejor que tiene ‘El Periodico’: su gente.

Albert Bertran captó esta cariñosa imagen mía en la despedida de Antonio Franco, en mayo del 2006, cuando le sustituyó Rafael Nadal. Dos directores que sí pisaban la Redacción.

Os dejos algunas fotos: la primera, arriba, corresponde al año 1984 y en ella aparecen compañeros de primera hora y mi primer jefe, mentor y maestro: Josep Maria Huertas Claveria. Y le cito como mi primer jefe, porque lo fue en el diario Tele/eXprés, en 1979. En ‘El Periódico’ mi primera jefa fue Margarita Rivière. Ambos ya no están entre nosotros y de ambos añoro sus (muy diferentes) formas de hacer periodismo y de ejercer éticamente la profesión.

Fueron mis maestros.

Profesionales así faltan ahora en las redacciones.