El blog del periodista Txerra Cirbian

Mes: junio 2014

La alegre ballena riojana

Se llaman Funky Whale Games y se presentan como «un grupo de desarrolladores de juegos indie» que hacen juegos para teléfonos, tabletas y gafas (las Google Glass, claro), con «un montón de ideas creativas y un verdadero amor por los juegos». Y también hacen juegos a medida.

No son de EEUU ni del Reino Unido, sino de La Rioja, aquí al lado, y presentarán estos días en el Gamelab de Barcelona (días 25, 26 y 27 de junio) Bee Invasion, un nuevo juego para las famosas gafitas. Parece muy ingenuo y sencillo, pero aplaudo la iniciativa de estos jóvenes… y os aseguro que hay muchos más como ellos.

En este enlace de Emprenderioja.es podéis encontrar una entrevista con Antonio Rabanera, uno de los tres socios de la empresa, junto con Carlos Cabezón y David Moyano.

Maruja Torres

En Diez veces siete (editorial Planeta), su último libro, Maruja Torres dice (en la página 22, si buscáis la cita) algunas cosas que cualquier periodista (y muchos otros trabajadores) suscribiríamos…, al menos los más veteranos:

«Uno, en primer lugar, trabaja donde puede, y no donde quiere. En ocasiones, si se tiene suerte, ama el lugar donde trabaja, pongamos que en un 60 o 70 por ciento. A veces se pelea con la circunstancia en la que le toca desempeñar su labor; en otras ocasiones no consigue conciliar el sueño. Se hace lo que se puede. En el mejor de los casos se lucha por hacer lo que se debe.»

De Joaquín Cortés al Mag Lari

En las últimas semanas he ido a ver dos espectáculos muy diferentes, de los que he salido con sentimientos muy contradictorios.

Si tuviera que decirlo con una primera frase, seguramente sería injusto: mucho envoltorio para tan poca chicha. Pero la chicha, la carne, el contenido está ahí. En caso contrario, estos artistas no tendrían tantos seguidores fieles que van a verles una y otra vez.

¿Soy pues excesivamente crítico? Quizá. Quizá espero más de lo que realmente dan… o pueden dar.

En el caso del espectáculo de Joaquín Cortés, ‘Gitano’, dividido en dos partes, y que a mi vecina de asiento la entusiasmó, había mucho envoltorio, jarana, el corrillo de cantaores, tocaores, bailaoras y media docena de bailarinas que cruzaban aladas el escenario.

Pero del protagonista, el gran Joaquín Cortés, muy poco.

La cosa cambió en la segunda parte, donde el bailarín y bailaor puso toda la carne y sus zapateados en el escenario.

En el show del Mag Lari me pasó algo similar. A ver: sus números son buenos, indudablemente, y cuenta con un ayudante que es básico en los trucos de escapismo: el primero, de entrada, para dejarte con la boca abierta, los dos de baúles del medio y la traca final.

Pero no sé: abusa Lari del contacto con el público en un estilo de cierta tomadura de pelo que no me acaba de entusiasmar. Es una fórmula que alarga y alarga el tiempo del espectáculo hasta llegar al final de la escasa hora y media de espectáculo. En cierto momento, él mismo lo dijo en tono autoparódico.

Quizá sea que le he visto muchas veces en la tele, en ‘El gran gran dictat’ de TV-3, y eso le hace parecer repetitivo a mis ojos, pero tal y como está el patio de la competencia, el show del Mag Lari me supo un poco añejo. Necesita pilas nuevas.

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